domingo, 18 de junio de 2017

¿Que es el trading de alta frecuencia?






Como si estuviéramos en una precuela de Terminator o Matrix, en la bolsa, las máquinas han tomado el control. Al menos por lo que se refiere a las operaciones intradía, las que se abren y cierran en una misma jornada. En cada una de estas operaciones se gana muy poco dinero, unos céntimos por acción en cada transacción. Pero si se hacen muchas a lo largo del día, y se manejan millones de acciones, el negocio está claro.

Este tipo de operativa, que se realiza de forma automática desde un ordenador, se conoce como High Frequency Trading (HFT) o también High Speed Trading. Según datos de distintas fuentes, el volumen de operaciones intradía realizado exclusivamente por máquinas está entre el 51 y el 65 % del total del New York Stock Exchange. En Europa, donde la bolsa es menos volátil, el porcentaje es menor.




Como los ordenadores que juegan al ajedrez, las máquinas HFT están programadas a partir de una serie de algoritmos que recogen un sinfín de variables, desde medias móviles hasta máximos y mínimos, soportes y resistencias... los mismos datos que usamos los traders en nuestro trabajo diario, con la diferencia de que ellas calculan a toda velocidad, en milisegundos. En esto, las máquinas tienen ventaja. Pero, por otro lado, no saben distinguir. Si están programadas para actuar de una forma determinada ante una situación, lo harán sin dudarlo; sin sentido común, sin sabiduría, sin paciencia.

Así, el 6 de mayo del 2010, el Dow Jones cayó un 9 % en unos minutos, para recuperarse poco después. Esa caída se conoció como el Flash Crash o el Crash de las 2.45. Ante un pequeño descenso, las máquinas provocaron una avalancha de órdenes de venta, muchas de ellas a precios absurdos.
Todas están programadas igual y van a una. Así que el sistema se volvió loco y, durante unos instantes, hubo quien se imaginó la posibilidad de que todo saltara por los aires en dos minutos, y sin humanos de por medio.




Después del Flash Crash descendió el porcentaje de High Frequency Trading en el Dow Jones, el índice del NYSE con mayor visibilidad. ¿Complejo de culpa? Para nada, simplemente movieron las máquinas a mercados menos visibles, como el de divisas o de materias primas. Desde entonces, el HTF no ha dejado de crecer. Así, estos mercados menos visibles han sufrido oscilaciones tan bestias como las del Flash Crash, pero las cámaras no estaban allí para hablar de ellas. ¿Es legal, el HFT? De momento, sí. ¿Es ético? Eso ya es otra cuestión.



Algunas agencias y bancos de inversión están ganando un montón de dinero gracias a las máquinas. Un gran montón. Pero, para mí, la idea de que miles de personas puedan perder su dinero por la acción conjunta de un grupo de máquinas... me da más miedo que otra cosa. Por eso la Unión Europea, con Francia y Alemania a la cabeza, contempla la posibilidad de limitar el HFT en nuestros mercados. Incluso en Estados Unidos se empiezan a levantar voces en el mismo sentido.