Para muchas personas, los movimientos inesperados de los mercados de valores son un misterio. Los movimientos parecen estar muy influenciados por las noticias y se producen cuando menos se los espera. El mercado muchas veces hace exactamente lo opuesto a lo que se espera que haga, o a aquellos que sientes que debería hacer. Los súbitos movimientos parecen carecer de toda lógica: podemos observar mercados bajistas en tiempos de prosperidad económica, y fuetes mercados alcistas en momentos de gran recesión.
Parecen un lugar para jugadores, o para esas personas que trabajan en la City de Londres o Wall Street, que seguramente saben exactamente qué es lo que va a suceder.
Pero todo ello es una falacia.
Los mercados son complejos, tanto que puede sugerirnos que se mueven de forma aleatoria. Realmente, hay una apariencia de aleatoriedad en el aspecto de los gráficos, con independencia de que estemos observando acciones o materias primas. Sin embargo aquellos que describen los mercados como aleatorios están usando el concepto de forma inadecuada, y lo que realmente quieren decir es que el mercado tiene un comportamiento caótico. Pero caótico no es sinónimo de aleatorio. En un sistema caótico pueden darse cientos, incluso miles, de variables influyendo unas en las otras. Un sistema caótico puede parecer impredecible, pero la tecnología informática está empezando a poner orden allí donde antes solo apreciábamos aleatoriedad. Sin duda, es posible predecir el movimiento de los mercados financieros. Hay un enorme abismo entre la impredicibilidad y la aleatoriedad.
Aunque tengamos alguna idea sobre las causas y efectos de los movimientos del mercado, indudable y frecuentemente nos sentiremos frustrados en nuestra operativa. ¿Porque nuestro indicador técnico favorito, que ha estado funcionando perfectamente durante meses, de repente deja de funcionar? ¿Por qué nuestro detallado y perfecto análisis fundamental de una determinada acción falla al predecir la caída del precio justo después de haber comprado acciones de dicha compañía?
El mercado de acciones parece confuso y complicado, sin embargo está basado en la lógica. Como cualquier otro mercado libre, los precios de los mercados financieros están controlados por la oferta y la demanda (esto no es un gran secreto) Sin embargo, las leyes de la oferta y la demanda, tal y como se observa en los mercados, no se comportan como nosotros esperamos que lo hagan. Para ser un operador efectivo, necesitamos fundamentalmente conocer como la oferta y la demanda deben ser interpretadas bajo las diferentes condiciones del mercado, y como podemos sacar beneficio de este conocimiento.
Todo mercado de acciones está compuesto por acciones de distintas compañías que cotizan en un mercado. Estos mercados están compuestos por cientos de miles de estos instrumentos, negociados diariamente a gran escala de forma que en todos los mercados, hasta los más pequeños, millones de acciones cambian de manos todos los días. Muchos miles de operaciones individuales son realizadas entre compradores y vendedores. Toda esta actividad tiene que ser controlada de alguna forma. Una de ellas es intentar reflejar la actividad total de un mercado en un índice.
Esto es lo que llevó a la creación de los índices, como el Dow Jones Industrial Average, el Financial Times Stock Exchange 100 (FTSE 100), el NIKKEI, etc. En algunos casos el índice representa la actividad de todo un mercado completo, pero en muchos casos el índice está elaborado solo con las acciones más importantes en las cuales la actividad del mercado suele ser mayor. En el caso del FTSE 100 estamos observando las acciones de las cien empresas más fuertes de la bolsa de Londres, ponderadas por el tamaño de la compañía, y periódicamente promediadas para crear el índice. Las acciones representan una participación en el capital de la compañía y, por tanto, tienen un valor intrínseco porque nos hace propietarios de una parte de la compañía de la que hemos comprado las acciones.
El primer secreto que debemos aprender, es que en especulación (como opuesto a inversión), debemos olvidarnos del valor intrínseco de las acciones o de cualquier otro instrumento. Lo único que debe importarnos es el valor percibido, el valor que los operadores profesionales dan a la acción, no el valor que representa como parte de la empresa. El valor intrínseco es solo una parte del valor percibido. Esto es una contradicción que sin duda confunde a los directores de las grandes empresas con acciones débiles. Desde ahora, recuerde que es el valor percibido lo que se refleja en el precio de las acciones, y no, como podríamos esperar, el valor intrínseco.
Quizás se han sorprendido alguna vez de que el FTSE 100 (u otros índices) muestran siempre un más o menos continuado movimiento alcista. A ello contribuyen muchos factores: la inflación, la constante expansión de las más importantes empresas, las inversiones a largo plazo de los inversores importantes, pero la causa principal es la más simple y muchas veces oculta: los creadores del índice quieren que tenga la apariencia más fuerte y saludable posible con un gran crecimiento. A tal fin, a menudo tienen que sacar del índice aquellas empresas que están teniendo unos pobres resultados e introducir otras que en ese momento están en proceso de expansión y crecimiento.
seguimos con la explicación de porque se mueve el mercado en la parte 2 de este post
fuente: master the market
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